En México, cada 21 de marzo conmemoramos el natalicio de Benito Juárez, quien fue presidente de México entre 1858 y 1872. Los años en los que dirigió al país se caracterizaron por estar llenos de crisis y por ser decisivos en la historia del país. Juárez defendió al país frente a intervenciones extranjeras, además de enfrentarse a un contexto en el que las instituciones políticas y sociales estaban cambiando para crear un sistema donde la máxima autoridad recayera en un Estado laico.
Aquí te contamos algunos hechos clave para el Notariado Mexicano que sucedieron en esta etapa:
El Notariado en esta etapa de la historia
Durante el Siglo XIX, el contexto mexicano estaba minado de turbulencia política y social; enfrentamientos entre liberales y conservadores, intervenciones extranjeras y la instauración del Segundo Imperio. Todas estas crisis también se vieron reflejadas en la actividad Notarial del país.
La escribanía y el Notariado siguieron trabajando bajo el derecho español hasta el inicio del Segundo Imperio (1864). Cuando el régimen político fluctuaba entre federalismo y centralismo, la legislación notarial cambiaba: en el régimen centralista las disposiciones notariales fueron generales y en el federalista la legislación fue local.
Durante el gobierno de Benito Juárez, el 12 de julio de 1859 se declararon nacionalizados los bienes eclesiásticos. Los notarios fueron importantes en este proceso, ya que por decreto debían vigilar y asegurar el cumplimiento de esta Ley.
En 1863, cuando el ejército francés provocó la rendición de Puebla y la declaración de estado de sitio al Distrito Federal, Benito Juárez estableció su gobierno en San Luis Potosí. Forey, líder de las tropas francesas, dictó un decreto que dio origen al imperio; creó la Junta Superior de Gobierno y eligió a 215 individuos que formaron la Asamblea de Notables. Esta asamblea acordó que:
- La nación adoptaría la monarquía moderada, hereditaria, con un príncipe católico.
- El soberano tendría el título de Emperador de México.
- La corona imperial se ofrecería al príncipe Fernando Maximiliano, Archiduque de Austria, para sí y sus descendientes.
Una comisión de esta Asamblea viajó a Europa a presentarse con el archiduque Fernando Maximiliano de Habsburgo, quien aceptó. Se convirtió en Emperador de México el 10 de abril de 1864. Mientras, Benito Juárez continuó con la presidencia desde el norte del país.
La Regencia (Poder Ejecutivo propuesto por la Asamblea franca) dictó un decreto el 1 de abril de 1864 que regulaba el ejercicio del Notariado. Dictaba que:
- Los oficios públicos de escribanos que en la capital del Imperio, se denominarán Notarías Públicas. Los dueños y encargados se llamarían Notarios Públicos del Imperio.
Tras la muerte de Maximiliano el 19 de junio de 1867, Juárez entró a la capital el 15 de julio del mismo año, restableciendo así la República en nuestro país.
En México no existió una ley notarial propia, sino hasta la denominada Ley Orgánica del Notariado y del Oficio de Escribano dictada por el Segundo Imperio en 1865.
Posteriormente, en 1867 Benito Juárez dictó la Ley Orgánica de Notarios y Actuarios del Distrito Federal. La cual fue la primera ley orgánica de notarios; anteriormente se regulaba dentro de las leyes de la administración de justicia. Por primera vez, en la legislación mexicana, este ordenamiento asumió el nombre de Notario y distinguió su actividad con la de los secretarios y actuarios de juzgado a los que denomina escribanos, además de que terminó con la venta de Notarías. Las funciones de notario eran vitalicias.
En los siguientes años, se seguiría trabajando para terminar de establecer los requisitos y funciones del Notariado Mexicano. Durante todo este tiempo, las personas que ejercían la profesión Notarial siguieron siendo un factor de confianza, estabilidad y certeza jurídica para todas las personas del país.
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Con información de: conceptosjuridicos.com